jueves, 24 de octubre de 2013

Hola, mis queridos chiflados!

Espero que estén muy bien y llenos de curiosidad. ¿Han pensado cómo sería el mundo si todos nos portáramos agresivos cada vez que los demás no hacen o no nos dan lo que queremos? Nuestras casas, escuelas y comunidades serían un caos. Imaginen que ustedes les gritaran a sus papás cada vez que ellos les piden que hagan la tarea, o que yo les arrojara un zapato a mis asistentes y les pusiera un ridículo apodo, sólo por equivocarse… 
¡Sería violento y malísima onda de nuestra parte! Todo lo que daña nuestro cuerpo o nuestra mente, como insultos, amenazas, gritos o golpes, son formas de violencia.

Violencia también es cuando se obliga a alguien a hacer algo que lo puede dañar, o cuando se hace que alguien sienta miedo; también el bullying. Vivimos en medio de la violencia, pero eso no significa que sea normal ni que esté bien, y debemos ponerle un alto bien rojo como el de los semáforos.

Uno de los presidentes de México, Benito Juárez, dijo: “El respeto al derecho ajeno es la paz.” Significa que si respetamos los derechos de los otros y ellos respetan los nuestros, viviremos pacíficamente.

Hemos hablado de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), estos señores, se han reunido para tratar el tema de la NO violencia en el mundo.

Recordaron a Gandhi, uno de los más grandes pacifistas de todos los tiempos, quien dijo que la NO violencia es una fuerza más poderosa que cualquier arma que se haya inventado. En honor al día en que nació, acordaron que el 2 de octubre, y de paso todos los demás días
del año, debemos unirnos para decir ¡NO A LA VIOLENCIA!  

Me despido esperando que recuerden esto la próxima vez que se sientan enojados, porque siempre se pueden arreglar las cosas de manera pacífica. 

Y no olviden que

¡lo que se aprende riendo y jugando nunca se olvida!






Materiales:

  1 Caja de fécula de maíz     1 ½ Tazas de agua    
  1 Bowl grande para hacer la mezcla


1. Vierte la fécula de maíz en el bowl.
2. Comienza a agregar el agua poco a poco, a la vez que la mezclas con la fécula.
3. Mezcla hasta que se revuelva bien y quede espesa (debes tener cuidado de que no quede demasiado líquida o no servirá para el experimento).
4. Ya que esté lista, introduce tu dedo o tu mano completa en la mezcla, despacio.
5. Ahora intenta golpearla rápido con tu puño ¡o incluso con un martillo!





Spaguetti de valores
Si se llevan no te aguantes