lunes, 10 de marzo de 2014



¡Hola, mis queridos chiflados!

Hoy terminé de leer un libro buenísimo y después estuve recordando el tiempo en el que yo comencé con la lectura. Todo empezó  cuando mi padre reparó nuestra mesa: poníamos un libro debajo para nivelarla, pero con la reparación ya no necesitaba ese libro, así que me lo quedé.

Con el tiempo, aprendí que los libros son una forma de entrar en los pensamientos de otra persona, ¡es como leer la mente del autor!
La gente siempre ha necesitado escribir para no olvidar; como cuando sus mamás escriben la lista del súper para que nada se les olvide. En la antigüedad lo hacían en las paredes… ¡Imagínense si sus papás los vieran escribiendo en la pared! Seguro se enojarían muchísimo.

Luego de todas esas transformaciones, llegó la imprenta, que es una máquina parecida a los sellos que les ponen sus maestras cuando se portan bien, sólo que mucho más grande.
Con esto, los libros empezaron a ser cada vez más parecidos a los que ustedes llevan a la escuela.

Ahora ya hay libros digitales que pueden leer en su computadora o tabletas electrónicas, así que no hay motivo para no dejar volar la imaginación con las ideas de otras mentes; ya ven que dicen que cada cabeza es un mundo.


Cuando no leemos, nos estamos perdiendo la oportunidad de que nuestro cerebro haga ejercicio. Así es, con la lectura ponemos a prueba nuestra concentración,  atención, memoria y sobre todo, nuestra imaginación. Es como si nuestro cerebro  corriera y luego levantara pesas. Entre más leamos, nuestro cerebro estará más en forma, hasta llegar a ser todo un fortachón.

Leer también les ayudará a conocer más palabras, para que puedan expresarse mejor y todos puedan entender a la perfección lo que ustedes quieren decir.

Además, les ayudará a tener una mejor ortografía, y créanme que eso será una ventaja para los exámenes de español.

Cuando regalan algo a alguien a quien quieren, lo mejor es darle algo que le sirva para toda la vida, es por ello que la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) estableció el día internacional del libro, en el que se acostumbra regalar un libro y una rosa a algún ser querido, cada 23 de abril.

Las palabras en un libro son como las imágenes en una fotografía: quedan capturadas para siempre y nunca se olvidan.

Ustedes también pueden hacer que sus palabras nunca se olviden, si escriben lo que piensan y sienten sobre las cosas que les interesan; porque todo lo que hay dentro de ustedes, desde lo más grandote hasta lo más chiquito, es muy importante.


Me despido, mis lectores chiflados, porque apenas me regalaron un libro sobre un niño mago y ya no aguanto las ganas de leerlo. ¡Hasta la próxima!