jueves, 13 de febrero de 2014


¡Hola, mis queridos chiflados!

Esta noche dense un tiempo para salir a ver las estrellas y piensen por qué no hay vida en los demás planetas de nuestro sistema solar (o al menos no se ha comprobado). Una de las principales respuestas es algo tan común y tan simple: el agua.
En este planeta somos privilegiados por tener la oportunidad de existir, y eso no sería posible sin agua.

Todos, absolutamente todos los seres vivos estamos hechos de agua, entre otras cosas. Nuestro cuerpo se conforma por más de un 60 por ciento de agua.
El agua puede tomar tres formas o estados diferentes, y obviamente no se trata del agua de horchata, de jamaica y de limón… Seguro has escuchado mencionar más de una vez sus nombres correctos, los cuales son: sólido, líquido y gaseoso.
Sólido es cuando la temperatura del agua baja mucho y se pone dura, volviéndose hielo.

El estado líquido es cuando el agua está a una temperatura ni tan baja ni tan alta y se mantiene “aguada”; es en este estado cuando la puedes beber.

El gaseoso no es tu compañero del salón que siempre se echa muchos gases, sino es el estado en el que el agua se vuelve vapor y la vemos subir como “humo”.
En la superficie terrestre pasa lo mismo: podemos encontrar el agua en sus tres estados. En los polos de la tierra, se encuentra en estado sólido, porque está congelada; en los océanos, mares, ríos, etc., el agua está en su estado líquido, y cuando el sol con su calor la evapora, se encuentra en su estado gaseoso.

El agua no aumenta ni disminuye, circula del cielo a la tierra y de la tierra al cielo en un interminable ciclo, conocido como el ciclo del agua. El agua baja en forma de lluvia, permanece un tiempo en la superficie de la tierra y luego sube cuando se evapora, para volver a bajar cuando vuelve a llover.
Pero si en ese ciclo el agua se contamina, no podrá sernos útil para nuestras necesidades y nos veremos sedientos, con la lengua seca.
Por eso es que en todo el mundo la gente y los gobiernos se están uniendo para protegerla y preservarla. Seguro ustedes están entre esas personas comprometidas para cuidarla, y si no, nunca es tarde para comenzar a proteger el líquido que hace posible la vida en nuestro planeta: el agua.