jueves, 25 de julio de 2013




¡Hola, mis queridos chifladines!



Imagínense que están en su casa en una noche nublada como cualquier otra y ustedes adentro calientitos y secos viendo la tele. De repente, se escucha un enorme estruendo que viene del exterior, se va la luz en su casa y todo queda en obscuridad y sólo se escuchan los fuertes truenos de una tormenta eléctrica.

¿Les daría miedo? Seguro no, porque yo sé que ustedes son unos chifladines muy valientes; pero por si alguna vez se sintieran atemorizados por los rayos que se ven cruzar el cielo, vamos a ver que no son algo del más allá.

Hace muuuchos años, siglos, mucho antes de que nacieran los tatarabuelos de nuestros tatarabuelitos, la gente pensaba que cuando se veían rayos en el cielo y se escuchaban truenos era porque los dioses, en los que ellos creían, estaban enojados. Hoy en día, sabemos que no es que alguien esté de mal humor, sino que la energía electrostática acumulada es la que genera este fenómeno. 

Por un lado vemos su brillante luz, esto se conoce como relámpago; también escuchamos un fuerte sonido que parece el rugido de un león, eso es el trueno, pero todo eso es formado por una descarga electrostática que se conoce como rayo.


Hay nubes más o menos cercanas a la tierra que se llaman cumulonimbos; estas nubes tienen energía acumulada y cuando esa energía se junta con la de la tierra que está debajo de esas nubes se produce un campo eléctrico donde corre la energía. Si el campo eléctrico es suficientemente fuerte, se genera una descarga, que como ya vimos, es el rayo, después el aire alrededor se llena de algo llamado iones y es cuando brilla la luz del relámpago y, por último, cuando ese mismo aire se calienta y se expande se produce el trueno que escuchamos. Como pueden ver, los rayos son sólo un fenómeno de la naturaleza.

¡Rayos, ya es hora de despedirnos! Pero sólo por esta ocasión, porque nos vemos en la próxima, mis queridos chiflados. ¡Y recuerden que lo que se aprende riendo y jugando nunca se olvida!




El lápiz eléctrico


MATERIALES
1 Cuchillo
1 Lápiz sin goma
1 Pila de 9 voltios
3 trozos de cable de luz de unos 30 cm de largo cada uno
1 Foco pequeño, de linterna
1 Sacapuntas






  1. Saca 1cm de punta a cada lado del lápiz con el sacapuntas.
  2. Apoya la pila sobre uno de sus lados anchos.
  3. Con el cuchillo, pela 2cm de cada uno de los lados de los cables, dejando libre el cobre de esos 2cm. ¡Ya estás enseñando el cobre, eh chifladín!
  4. Fija un trozo de cable a cada extremo del lápiz, enroscándolo alrededor de las puntillas del lápiz.
  5. Conecta el extremo libre de uno de estos cables a la rosca del foco.
  6. Conecta el extremo libre del otro cable del lápiz a la terminal positiva de la pila.
  7. Utiliza el tercer cable para conectar la terminal negativa de la pila a la punta de metal del foco.


La pila generó electricidad debido a la circulación de diminutas partículas llamadas electrones. Esta circulación de electrones se llama corriente eléctrica.

La pila, los cables y el lápiz formaron algo llamado circuito eléctrico y en él caminó la corriente eléctrica hasta llegar al foco y encenderlo.

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